Miles de manifestantes en Neptuno, junto al Congreso |
Bajo el nombre “Ocupa el Congreso” se entiende la ocupación simbólica del espacio de decisión sobre nuestro presente y nuestro futuro. No se pretende asaltar el principal edificio de la actividad política en España sino rodearlo, y ante todo se señala que se trata de una propuesta pacífica.
El Gobierno ha tratado de criminalizar la acción del 25 de septiembre mediante una campaña de miedo al estilo más represor, tal y como señalan Jueces para la Democracia (JpD) que consideran “insólito” que se haya imputado a activistas por hechos que todavía no se han producido. Aun así, el Gobierno ha admitido que el 25S está protegido por el derecho de reunión y que las fuerzas de seguridad velarán por dicho derecho, protegiendo a los manifestantes y cortando las calles que sean necesarias. De hecho, la Policía ha sitiado el Congreso con un número excesivo de antidisturbios desplegados en la zona.
El 25S busca en definitiva devolver la soberanía que por derecho debería corresponder al pueblo. Actualmente no manda el pueblo, sino que gobierna un sistema capitalista y cruel que produce sufrimiento a las familias, cada vez más acorraladas por la crisis. Sin embargo, ese mismo sistema permite que, por ejemplo, Rodrigo Rato (expresidente de la inyectada Bankia), en vez de estar en la cárcel por malversación de fondos públicos, se retire con una indemnización de 2 millones de euros. Ahora Bruselas cede 100.000 millones de euros para la banca y según nuestro presidente para “que los ciudadanos podamos estar tranquilos”. Echémonos a temblar...
¿El movimiento 25S es un ataque a la democracia? Todo lo contrario, es un importante toque de atención, fortalece la propia democracia y de hecho aspira a conseguir una democracia más real. El manifiesto de la Plataforma ¡En Pie! Ocupa el Congreso y el manifiesto de la Coordinadora #25s resumen todas las exigencias y propuestas del movimiento 25S.